Hoy nuestro objetivo es recorrer la cresta de las Frondellas, en el macizo del Balaitous o pico de los Moros.
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En estos días de calor, toca madrugar. Fluir en esta vida, depende mucho de nuestra capacidad de adaptación.
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Asumir que no podemos controlar todo en esta vida es un logro, convertir las desventajas en una herramienta a nuestro favor un desafío.
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Una actividad que se puede completar en una sola jornada y sabiendo que la aproximación se realiza por vertiente Oeste, sólo necesitamos calcular las franjas horarias del astro rey y movernos por las sombras.
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Los primeros rayos de sol no los vemos hasta llegar a la cima del Frondella central. 1600m de desnivel en 4h. Todavía queda algo…
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A lo largo de toda la travesía de la cresta entre el Frondella central y el Frondella SW, las rachas de viento, nos dan algo de ambiente y frescor.
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Esta cresta en dirección E-O, tiene pasos de II y un par de II+/III y en general muy buena roca.
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Toda la cresta en ensamble, aquí la distancia social es inevitable, siempre lo fue. Somos coyotes sueltos. Nadie quiere ser nuestro amigo y eso no nos incomoda.
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Los rápeles montados, hasta 5, la convierten en una actividad vertiginosa, pero muy accesible.
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Las dificultades terminan antes de llegar a la cima del Frondella SW.
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Después de salir de la cresta propiamente dicho, comienza el vertiginoso descenso a contrareloj a trote-cuto, los dedos de los pies son los daminificados, héroes desechables. Al llegar a los ibones de Arriel, se nos ocurre algo.
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La Parnassius apollo nos recuerda la vida que podríamos liderar, si simplemente fuésemos libres.
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Agur
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